manzanafrita

COCINA Y OTRAS CURIOSIDADES

Buscar este blog

sábado, 22 de febrero de 2014

Magdalenas de nata

¿Qué mejor cosa que disfrutar de unas magdalenas recién hechas en casa? Bueno, sí, acompañadas por un buen vaso de leche o café.












Lo que necesitamos


  • 2 huevos
  • 125 gramos de azúcar
  • 180 gramos de harina de fuerza (o integral, o harina fina...)
  • medio sobre de levadura Royal
  • 125 gramos de aceite suave de oliva (o girasol). (Si se quieren con menos grasa 100 gramos)
  • 50 gramos de nata.(Si se quieren con menos grasa, la cambiamos por leche)
  • Piel rallada  de un  limón o naranja. (Yo añadí naranja)

Forma de hacerlo
Batir el azúcar con los huevos ( con robot de cocina) hasta conseguir una crema blanquecina y espesa.
Después añadimos el aceite, nata o leche y la ralladura de limón o naranja. Los líquidos los añadimos despacio, dando tiempo a integrase en la masa de forma lenta. 
Por último, añadimos la harina tamizada con la levadura y poco a poco. En este punto del proceso ya no es necesario batir tanto, solo hasta integrar bien los ingredientes sólidos.
Dejamos reposar la masa 10 minutos y rellenamos los moldes de papel en sus 2/3 partes. Y muy importante, colocamos  estos moldes de papel dentro de moldes de aluminio (los de hacer flanes individuales) o cerámica, si queremos que suban mejor. 
Echamos abundante azúcar sobre cada magdalena (opcional). 
Con el horno precalentado  a unos 210º  y después bajamos a 200º ó 180º C colocamos nuestras magdalenas sobre la bandeja en posición mediana, calor por abajo; al final pondremos calor por arriba para dorar un poco.
Horneamos unos 20 minutos.

La fuente de esta receta ha sido María Lunarillos.

Nota: Yo he probado a mezclar las tres harinas, con mayor proporción de la de fuerza y el resultado también es interesante; aunque suben más con la harina de fuerza.
Espero que os animéis a hacerlas. Las disfrutaréis.


lunes, 17 de febrero de 2014

Ensalada de pasta con brécol y salmón

Hoy os voy a contar otra forma de utilizar el salmón marinado para un plato sano y rápido.
Cosiste en la combinación de pasta, brécol y salmón. Es tan rápido de hacer como práctico; puede ser una cena o comida. Resulta ligero y digestivo. 









Lo que necesitamos (para dos personas)
  • Una taza de té de pasta
  • 1/2 rama de brécol 
  • un trozo de salmón marinado, laminado muy fino
  • aceite
  • sal
  • limón 
  • pimienta
  • tres anchoas en conserva (pocas, porque pueden añadir demasiada sal y sabor). Pueden suprimirse.

Forma de hacerlo
La pasta, la echamos en agua hirviendo con un poco de sal y unas gotas de aceite, hasta que esté cocida, dependiendo de las indicaciones del paquete. En este caso elegí pasta de tres colores, pero podéis elegir la que queráis.
El brécol lo cocemos en agua hirviendo con una pizca de sal, unos 15 minutos, cuidando que no se deshaga. Reparamos algunos ramilletes y los colocamos sobre las pasta una vez cocida y bien escurrida.
El salmón bien laminado. Os pongo un enlace, que os indica cómo  hacerlo. Yo lo hice hace más de un mes, después lo congelé; con lo cual solo tuve que descongelarlo la noche previa.
La vinagreta, es muy sencilla: batimos el aceite, junto con limón, sal y pimienta. Rociamos sobre nuestra ensalada y...
¡Lista para disfrutarla!


miércoles, 12 de febrero de 2014

Salmón marinado

Esta forma de conservar el salmón durante un tiempo más largo para usarlo en canapés o ensaladas es muy útil.


Ya conocéis mi afición por la masa choux. Este "bocadito" de salmón está hecho sobre esa masa.





Aquí  podéis observarlo en proceso de marinar.










Lo que necesitamos

  • un trozo de lomo de salmón (unos 700 gramos)
  • la misma cantidad de sal que de azúcar (una taza  de desayuno de cada uno)
  • eneldo
  • pimienta




Forma de hacerlo

Quitamos la espina central del salmón, le dejamos la piel.
Echamos una gruesa capa de sal, azúcar, aromatizados con eneldo y pimienta. Sobre esta capa colocamos el salmón con la piel para abajo y volvemos a cubrir con otra capa de sal, azúcar, eneldo y pimienta dejando todo el pescado bien cubierto. Colocamos un peso sobre él y metemos en la nevera. Durante 48 - 72 horas, hasta que comprobamos que ha disminuido su volumen y su aspecto es de pescado algo más seco y brillante. En este tiempo observamos que se genera un líquido viscoso que debemos ir retirando. La cuestión es que quede una pieza de proteína un poco seca al  perder grasa y agua.  Observamos que disminuye bastante su volumen.


Después de esto, se puede consumir cortando unas finas láminas de salmón, para usarlas como queráis: en canapés, en ensaladas, acompañando a pasta...
Resiste en nevera unos 7 - 10 días. Pero lo más interesante es que puedes congelar las piezas tratadas y utilizarlas posteriormente.